Llueva, hago sol, frío o mala mar. A los que nos gusta navegar, nos gusta de todas formas y en cualquier época del año. En medio del océano nos sentimos como pez en el agua. Y nunca mejor dicho. ¿Pero qué hace que nos guste tanto navegar? ¿Cuáles son esas razones por las que priorizamos el mar antes que tocar tierra firme?
Nosotros no hemos inventado nada. Hace miles de años que se navega, y hoy en día continuamos esta fantástica tradición. Según cuenta la historia, los egipcios fueron de los primeros en construir barcos y salir a la mar. Los primeros barcos de los que se tiene constancia iban equipados con un solo mástil que contaba con una vela rectangular y uno o dos remos situados en popa que hacían la función de timón.
Quién no ha sentido alguna vez esa sensación de orgullo y de satisfacción al navegar un barco? Incluso hay quien se coloca el sombrero de capitán… Cada paso y decisión correcta que se toma a bordo de un velero, ya sea ajustar bien las velas, revisar nuestra potabilizadora Splash-25 o afrontar una tormenta, deriva en una gran sensación de control, que a todos nos encanta, ¿verdad?
Un patrón de barco siempre será una buena compañía; con él tienes la aventura asegurada y no te aburrirás jamás. ¿Hay algo mejor que navegar al atardecer compartiendo historias (y cervezas) con tus colegas? Los navegantes tienen fama de ser sociables, divertidos y siempre dispuestos a echar una mano. ¡Y en la mayoría de los casos es cierto!
Aunque los patrones de barco y los marineros sean muy sociables, también pueden ser muy amantes de la soledad. Navegar puede ser una actividad muy calmada, que puede servir para desconectar de todo lo demás. Cada vez que salimos a la mar dejamos los problemas y las preocupaciones en tierra firme. ¡Navegar es lo más desestresante del mundo!
Navegar equivale a descubrir y conocer, y cada día que no salimos a la mar nos estamos perdiendo la oportunidad de visitar nuevos lugares y hacer nuevos amigos. Existen un millón de fantásticas destinaciones… ¡la lista es infinita!
Navegar significa que no habrá dos días iguales ni dos aventuras repetidas. Sea una travesía de un par de horas como de unas cuantas semanas en el mar todo es posible. Pon tu barco a punto, revisa tu potabilizadora y búscate un buen grupo de navegantes para completar tu aventura. ¿Cuándo nos vamos?